martes, 29 de octubre de 2013

Fauna


Trucha común Salmo trutta Linnaeus, 1758.

Figura 1. Trucha común.
 Fuente: Alonso et al., 2010.
TAXONOMÍA.

Clase: Actinopterygii.
Orden: Salmoniformes.
Familia: Salmonidae.
Autóctona.
                                                 



Descripción.

   Es un pez de cuerpo alargado y talla mediana, no suele superar los 90 cm de longitud total y 18 kg de peso, aunque en la Península Ibérica rara vez supera los 50 cm de longitud y los 2 kg de peso. En Extremadura, las tallas suelen oscilar entre los 20-30 cm y el medio kilo de peso. Con unas proporciones corporales en las que la longitud total es aproximadamente 4 ó 5 veces la longitud de la cabeza. Manifiesta una extraordinaria plasticidad fenotípica, hasta el punto que, en ocasiones, se puede saber del río del que procede. La coloración es variable, de tonos oscuros, más o menos plateados, con manchas negras y rojas, areoladas, es decir, bordeadas de color claro, que no están presentes en la aleta caudal y que se extienden por el opérculo. La cola puede presentar manchas oscuras, pero suelen ser poco conspicuas y nunca están alienadas en series. Algunas variedades presentan pocas o ninguna pinta roja y otras tienen los bordes de las aletas inferiores de color blanco, ribeteadas interiormente de negro. Con frecuencia presenta manchas negras más grandes en el opérculo. Los alevines de hasta 10 cm muestran una serie de grandes manchas grisáceas y oscuras ovaladas, con el eje mayor vertical que se prolongan en la región dorsal. Estas manchas desaparecen con la edad, aunque en muchas poblaciones ibéricas permanecen en edad adulta. Su morfología varía mucho según el hábitat (Pakkasmaa y Piironen, 2001 citado en Alonso et al., 2010), la cabeza es grande, con el maxilar sobrepasando el borde posterior del ojo y el interior de la boca está tapizado por pequeños dientes que se insertan en los huesos maxilares, premaxilares, dentarios, palatinos y vómer. Posee entre dos y cinco branquiespinas cortas y pequeñas en el primer arco branquial. La aleta caudal es casi recta o presenta una pequeña escotadura, sobre todo en los individuos de más edad. La aleta dorsal, con nueve a once radios ramificados, y nace ligeramente más cerca de la cabeza que del origen de la caudal. La aleta adiposa, es pequeña y nace más cerca del origen de la caudal que del borde posterior de la dorsal. Las escamas son muy pequeñas y su número es de 110-125 en la línea lateral. Son tetraploides con un numero 2n = 80 (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez-Bote et al., 2005; Alonso et al., 2010).

Figura 2. Ejemplar de trucha (Salmo trutta) de la Garganta de Minchones en Villanueva de la Vera (Cáceres).
Fuente: Elaboración propia.

Hábitat y ecología.

   Las truchas ocupan aguas frías, rápidas y bien oxigenadas siendo por lo demás una especie de gran plasticidad ecológica que puede encontrarse en lagos, embalses, ríos de llanura y en ríos de montaña, siendo en estos últimos dominante e incluso la especie piscícola exclusiva. No tolera la contaminación, por lo que es una especie indicadora de la calidad del ecosistema fluvial. En nuestro país está generalmente restringida a los tramos superiores de los ríos, debido a las altas temperaturas de las aguas de los tramos más bajos. Son bastante territoriales, en especial los adultos no toleran la presencia de otros individuos en sus proximidades. Muestra preferencia por sustratos de cantos y bolos, aunque también utilizan fondos de grava, arena y limo. Se alimentan exclusivamente de invertebrados (tricópteros, dípteros, plecópteros, efemerópteros, etc) (fotografía 2) tanto de fondo como entre dos aguas o en superficie. Los adultos pueden consumir también peces y anfibios. En general, las truchas al crecer se van desplazando a tramos más profundos, llegando a penetrar en lagos y embalses, donde alcanzan grandes tamaños. Pueden llegar a vivir más de diez años, aunque lo normal es que no superen los seis o siete años (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez-Bote et al., 2005; Alonso et al., 2010).

Figura 3. Macroinvertebrados acuáticos (efemeróptero, odonato, tricóptero y plecóptero) que sirven de alimento a la trucha.
Fuente: Elaboración propia.

   Es la única especie presente en las gargantas de mayor altitud de Extremadura; y a medida que descendemos, la podemos encontrar cohabitando con cachos (Squalius pyrenaicus), y aguas más abajo con bogas (Pseudochondrostoma polylepis) y barbos comunes (Luciobarbus bocagei) (Fallola et al., 2010).

Reproducción.

   Estos animales alcanzan la madurez sexual a los dos o tres años de edad. Presentan un período de freza entre los meses de noviembre y enero cuando la temperatura del agua oscila entre los 5-10º C.; los adultos buscan los lugares donde efectuar la freza, a veces con migraciones reproductoras (migradores potamódromos) a finales de otoño o principios de invierno, hacia los tramos altos de los ríos; en otros casos efectúan pequeños movimientos de pocos metros, o bien penetran en pequeños afluentes del cauce principal. Las hembras excavan sus nidos en el del lecho del río, sobre fondos de grava y cantos en zonas someras y con corriente, depositando en ellos los huevos. Ponen de 1.000 a 4.000 huevos de color ámbar, con un diámetro de 4-5 mm, por cada kilo de peso de la hembra. Al cabo de unos minutos después de frezar, la hembra cubre los huevos fertilizados con cantos y gravas. Las hembras ponen sólo una parte de sus huevos en cada vez. La segunda parte de los huevos puede ser puesta en un nuevo nido justo delante del primero, o puede ser frezado en un lugar adecuado en otra parte del río. Tras uno o varios meses de incubación (410 grados-día), nacen los alevines, que apenas salidos entre la grava comienzan a comer con avidez, presentando crecimientos grandes, desplazándose hacia aguas más profundas a medida que crecen. Algunas poblaciones atlánticas como es el caso del reo, a los dos años de edad realizan migraciones al mar aunque no se aleja de las costas, regresando al río para completar el ciclo reproductor. El paso de las aguas dulces a las marinas y viceversa, a diferencia de salmón, no le supone grandes traumas y al volver al río sigue alimentándose, siendo pocos los reos que perecen después de la freza (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez- Bote et al., 2005; Alonso et al., 2010).

   Se ha detectado una tasa media de hibridación natural con salmón en ríos cantábricos del 2-3% (García de Leaniz y Verspoor, 1989 citado en Alonso et al., 2010).

Distribución.

   El área natural de la trucha común abarca la mayor parte de Europa, Asia Menor y Norte de África, de amplia distribución paleártica, está presente en casi todos los países de la UE. Ha sido introducida ampliamente por todo el mundo, en más de 27 países, como en América del Norte (Canadá y Estado Unidos) y del Sur (Panamá. Argentina, Chile, Bolivia y Perú) África oriental y meridional (Kenia, Tanzania, Etiopía, Zimbawe, Sudáfrica), Europa (Croacia y Chipre), Islas Maldivas, Madagascar, Irán, Pakistán, India, Nepal, Bután, Japón, Nueva Zelanda y Australia. Varios han informado del impacto ecológico adverso después de la introducción (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Froese et al., 2011).

Figura 4. Mapa distribución natural de la trucha.
Fuente: Kottelat et al, 2011.
 
   Aparece en las cabeceras de casi todos los ríos de la Península Ibérica, por todo el norte peninsular, en los sistemas Ibéricos y Central y en dos núcleos aislados: en Sierra Nevada y en la Sierra de Cazorla, faltando en algunos ríos del Levante, en el sur de España y en la cuenca del Guadiana (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001). Las poblaciones extremeñas se localizan en la vertiente sur de la Sierra de Gredos y en la comarca de las Villuercas (Pérez-Bote et al., 2005).
Figura 5. Distribución de la trucha en España.
Fuente: Elaboración propia según Doadrio, 2001.

Población.

   Las poblaciones del norte de África se encuentran muy fragmentadas y con escasos efectivos. Las poblaciones autóctonas de la Unión Europea y península Ibérica han sufrido un descenso acusado en los últimos años en toda su área de distribución (Blanco et al., 2007). 

   Muchas de las poblaciones de trucha extremeñas están sufriendo descensos poblacionales, llegando incluso a desaparecer en algunas zonas, sin poder recolonizarse de manera natural por las barreras existentes (Fallola et al., 2010).
Figura 6. Distribución de la trucha en la provincia de Cáceres.
Fuente: Elaboración propia según Doadrio, 2001.

    La lista de poblaciones desaparecidas recientemente en Extremadura por comarcas. Gata: Garganta Trevejana y Río de la Vega. En situación crítica el resto de gargantas (Acebo, Gata, San Blas y Las Pilas). Hurdes: en el río Ladrillar se encuentra extinta aguas arribas de la localidad de Las Mestas. Valle del Ambroz: río de Baños, Garganta Grande, Ancha, Cambara y Garganta Madrilaga. Valle del Jerte: Cabecera del propio río Jerte aguas arriba de la población de Tornavacas, Arroyo de San Pedro y Garganta Bonal, Marta, Jubajerra y otras menores. La Vera: Garganta de San Gabriel, Ríos Moros, Garganta Naval, Platero y otras menores. Villuercas: Cabeceras del Ibor y del  Almonte, río Gualija, Garganta Castaño, Berzocana, Santa Lucía y Del Mesto. Garganta Descuernacabras (Fallola et al., 2010).

    Todas poblaciones de España y sur de Francia están bien diferenciadas genéticamente del resto de poblaciones. Desde el mismo punto de vista en España existen tres grandes grupos bien diferenciados, uno compuesto por todos los ríos mediterráneos hasta la cuenca del Segura, un segundo grupo formado por los ríos del sur de España en las Sierras de Cazorla y Segura y Sierra Nevada, y un tercero que agrupa todos los ríos atlánticos excepto los del Guadalquivir. Dentro de las poblaciones atlánticas, la cuenca del Duero presenta algunos marcadores genéticos únicos (Doadrio, 2001).

    Es una especie muy polimórfica que cuenta con un buen número de subespecies, de las cuales muchas son simples razas o poblaciones con etología diferenciada. En nuestro país podemos señalar dos subespecies o dos poblaciones según su comportamiento, una migradora (anádroma), el reo o trucha marisca (Salmo trutta trutta) la trucha de río (sedentaria) (Salmo trutta fario) (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001). A finales del siglo XX la situación entre los taxónomos era de acuerdo general en que se trataba de una única especie politípica (Elliott, 1994 citado en Alonso et al., 2010) con un continuo de estrategias de vida (Milner, 2003; Cucherousset, 2005 citado en Alonso et al., 2010).

    El reo emigra al mar, donde permanecen desde varios meses a varios años antes de volver a los ríos para reproducirse. Éste se distribuye por los ríos de Galicia y la cordillera Cantábrica. La trucha sedentaria vive en los demás ríos españoles. Aunque truchas sedentarias y reos presentan muchas diferencias morfológicas, ecológicas y demográficas, pueden encontrarse en simpatría y pueden reproducirse entre sí (Caballero et al., 2006 citado en Alonso et al., 2010). El reo se diferencia de la trucha al tener la cabeza relativamente más pequeña y al llegar al mar adquiere un color plateado con pocas pintas negras acumuladas en ciertas regiones, careciendo por lo general de pintas rojas (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Alonso et al., 2010).

Factores de amenaza.

    La especie está amenazada por introgresión genética procedente de los ejemplares de repoblación. En general esta introgresión se calcula entre un 5 y un 10%, siendo aparentemente mayor en los ríos del centro peninsular. La pesca deportiva en muchas regiones es un factor de amenaza. La presión que en este sentido puedan hacer los furtivos sobre poblaciones trucheras puede llegar a poner en peligro la supervivencia de la especie. En algunos ríos la introducción del lucio (Esox lucius) es un factor de amenaza al depredar sobre la trucha. Sobre el hábitat destaca alteración de los cauces fluviales por infraestructuras hidráulicas; contaminación de los cauces por el aumento de vertidos de origen industrial, urbano y agrícola, la extracción de áridos, canteras y el lavado de mineral, suponen serios impactos sobre los frezaderos y las zonas de refugio. Por todo lo señalado anteriormente podemos estimar que las poblaciones autóctonas de truchas han disminuido en España más de un 20 % (Doadrio, 2001; Pérez-Bote, 2005).

Figura 7. Barrera hidráulica en la Garganta de Minchones (Villanueva de la Vera, Cáceres).
Fuente: Elaboración propia.

    En algunos estudios se ha mostrado que el impacto de las estaciones hidroeléctricas pequeñas puede provocar una disminución de la densidad y biomasa de las poblaciones, una modificación de la estructura de edades de las poblaciones y la pérdida de hábitat adecuado (Almodóvar y Nicola, 1999 citado en Doadrio et al., 2011). La calidad del hábitat es uno de los factores más importantes para mantener unas poblaciones de salmónidos adecuadas, especialmente la temperatura y el flujo del agua (Johnson y Douglas, 2009 citado en Doadrio et al., 2011).

   Las principales amenazas para las truchas extremeñas son las barreras existentes en los ríos, las extracciones de agua de las gargantas, los vertidos a los cauces, la sobrepesca, así como la contaminación genética de sus poblaciones. La trucha común vive en Extremadura en las cabeceras de los ríos, zonas a las que no llegan las especies de peces introducidas, principal amenaza de los peces autóctonos. Aun en estas condiciones privilegiadas, su grado de amenaza y el ritmo actual de desaparición de las poblaciones es alarmante (Fallola et al., 2010).

    Las poblaciones trucheras se encuentran muy fraccionadas, quedando aisladas pequeñas poblaciones muy cercanas entre sí. En las zonas trucheras de Extremadura hay pocos embalses, pero cualquier desnivel que no pueda salvar con un salto constituye una barrera para la especie: vados de tubos, losas bajo puentes, muchas de las piscinas naturales, azudes, etc. La otra gran amenaza para la trucha es la extracción de agua de las gargantas, lo que sucede con mayor intensidad en el Valle del Jerte y de manera creciente en La Vera, Valle del Ambroz y resto. Tradicionalmente los cultivos leñosos (cerezo, y en menor grado la vid y olivo) no se regaban. El riego por goteo o riego localizado es una práctica agraria tecnificada, de bajo coste, que se está desarrollando a un ritmo acuciante, sin que haya sido objeto de planificación y que exprime los caudales de las gargantas cuando menos agua llevan, en verano. Es un problema que afecta gravemente a los tramos de garganta mejor conservados y con mayores naturales (Fallola et al., 2010).


Medidas de conservación.

   Proteger estrictamente y no realizar repoblaciones con individuos foráneos en aquellos ríos con poblaciones de trucha sin introgresión genética como las cabeceras de los ríos Bornova, Jerte, Tiétar, Alberche, Arandilla en la cuenca del Tajo; Sella, Nalón, Esva y Navia en la cordillera cantábrica, Pisuerga, Mazo, alto Duero en la cuenca del Duero, Endrinales en la cuenca del Segura, Ter, Nuria y Massanes en las cuencas catalanas, Noguera del Tor en la cuenca del Ebro y Tea y Bubal en la cuenca del Miño. Se debe favorecer la pesca sin muerte en la mayoría de los ríos españoles. Depurar correctamente los vertidos en los ríos y minimizar los efectos de las obras hidráulicas son dos de las acciones más importantes que se deben llevar a cabo para la conservación de la especie (Doadrio, 2001).

   La construcción de escalas en diversas localizaciones trucheras para facilitar el remonte hacia las áreas de freza, el inventario de barreras de ríos para una posterior actuación en los obstáculos encontrados y la vigilancia de las obras en zonas trucheras para evitar la construcción de nuevas barreras, son la principal línea de actuación llevada a cabo desde la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Extremadura (Fallola et al., 2010).

   Se debe favorecer la pesca sin muerte en la mayoría de los ríos españoles (Doadrio et al., 2011). El fomento de la pesca sin muerte y la disminución de cupos de captura de trucha permitidos por pescador y día en la región tratan de acompasar la presión de pesca a las disminuciones poblacionales actuales. Se han realizado estudios de las poblaciones extremeñas de trucha común con el fin de caracterizarlas genéticamente. Desde la Piscifactoría de Jerte se realiza la reproducción de esta especie para reforzar las poblaciones naturales mediante repoblaciones en las que tienen en cuenta el origen genético de los individuos (Fallola et al., 2010).

Tabla 1. Figuras de conservación trucha común.
IUCN:
Preocupación menor (LC)
Libro rojo:
Vulnerable (VU)
España
No incluida
Autonómica
No catalogada
Fuente: Elaboración propia según Granado et al., 2001; Fallola et al., 2010 y Freyhof., 2011.

   La especie debe ser considerada Vulnerable (VU) de acuerdo a las categorías de la UICN. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas debería figurar como Vulnerable (V) (Doadrio et al., 2011).

Tabla 2. Limitaciones de capturas por pescador y día.
Especie objeto de pesca
  (En los vedados, cotos y tramos sin muerte pueden diferir por su régimen  especial).
Especie
Cupo por día
Talla
Trucha (Salmo trutta)
3*
19 cm
* Las truchas serán devueltas en las aguas libres para la pesca en la cuenca del Tajo.
                                                      Fuente: Elaboración propia según Orden General de Vedas de Pesca, 2011.

Tabla 3. Normativa de la trucha común como especie de pesca.















Autonómica
Ley 11/2010, de Pesca y Acuicultura de Extremadura: especie objeto de pesca, de Interés Regional.
Las truchas comunes que sean capturadas en aguas libres serán inmediatamente devueltas a sus aguas de procedencia, a excepción de lo previsto en Orden General de Vedas de Pesca para los Cotos, y para los Vedados de Pesca con temporada cuyo cupo diario será de tres truchas.
Las tallas y capturas en los Cotos de Pesca se regulan a través de sus respectivos Planes Técnicos de Gestión. Para los Vedados y Tramos de Pesca sin muerte (Anexos II y III Orden de Vedas), así como para el resto de aguas sometidas a régimen especial, se estará a lo dispuesto en su normativa específica.
La licencia de pesca sin muerte obliga a su titular a la suelta inmediata en las aguas de origen de todos los peces de las categorías de interés regional y natural capturados.
En las aguas trucheras no se permite el empleo de pez vivo como cebo, el cebado previo de las aguas ni el uso de sondas u otros aparatos para la detección de peces.
En los tramos de pesca sin muerte sólo se podrá utilizar cebo artificial con anzuelo sencillo sin muerte o arponcillo, a excepción de los que se encuentren en aguas embalsadas artificialmente.
En los Cotos de Pesca las artes y cebos permitidos vendrán fijados en sus respectivos Planes Técnicos, pudiendo diferir de los establecidos con carácter general.
Cada pescador podrá utilizar un máximo de tres cañas que ocupen en conjunto una distancia inferior a 10 m, excepto en aguas trucheras, donde sólo se podrá utilizar una caña. En ambos casos, para la extracción de las piezas sólo podrán auxiliarse con sacaderas.
A requerimiento de quien se encuentre pescando, cualquier otro pescador deberá guardar una distancia mínima de 10 m, salvo en la aguas trucheras que será de 20 m.
En los Cotos de Pesca el número de cañas y distancias entre pescadores pueden diferir de los citados.
En los tramos de pesca sin muerte no se podrán portar costeras o equipamientos análogos específicos para conservar las capturas, a excepción de aquellos tramos de pesca sin muerte que se encuentren en aguas embalsadas artificialmente.
En los Cotos de Pesca vendrán fijadas en sus respectivos Planes Técnicos las limitaciones por talla, capturas por pescador y día, las artes de pesca, cebos, horarios, días hábiles, número de pescadores, y aquellas otras que se consideren necesarias, pudiendo diferir de las establecidas con carácter general.
Fuente: Elaboración propia según Ley de Pesca y Acuicultura de Extremadura, 2010 y Orden General de Vedas de Pesca, 2011.

Acciones realizadas para su conservación.

   La mayoría de las Comunidades tienen planes de manejo de las truchas, las cuales incluyen investigación genética y de la biología y ecología de las diferentes poblaciones, programas de repoblación con individuos autóctonos, sistemas de vedas y tramos de pesca sin muerte (Doadrio, 2001).


Bibliografía.

Alonso, C.; Gortázar, J. y García de Jalón, D. 2010. Trucha común – Salmo trutta. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Elvira, B. (Editores). Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC). Madrid. Disponible en: http://www.vertebradosibericos.org/peces/pdf/saltru.pdf.

Blanco, J. C. y González, J. L. (Editores). 2007. Libro rojo de los vertebrados de España. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid. Disponible en: http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad/especies_amenazadas/vertebrados/libro_rojo_vert/libro_rojo_vertebrados.htm.

Doadrio, I. (Editor). 2001. Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza. Ministerio de Medio Ambiente. Disponible en: http://www.mma.es/secciones/biodiversidad/inventarios/inb/atlas_Peces/pdf/acipenser_sturio.pdf.

Doadrio, I.; Perea, S.; Garzón-Heydt, P. y González, J. L. 2011. Ictiofauna continental española. Bases para su seguimiento. DG Medio Natural y Política Forestal. MARM. pp. 225-236. Madrid. Disponible en: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/inventario-especies-terrestres/default_fauna_peces_continen.aspx.

Extremadura. Ley 11/2010, de 16 de noviembre, de Pesca y Acuicultura de Extremadura. Diario Oficial de Extremadura. 19 de noviembre de 2010, núm. 223, p. 27246-27282. Disponible en: http://pescayrios.juntaextremadura.es/pescayrios/c/document_library/get_file?uuid=53d8570c-1930-4f76-af0b-276016ef2ea7&groupId=10136.

Extremadura. Orden de 11 de marzo de 2011 General de Vedas de Pesca. Diario Oficial de Extremadura. 21 de marzo de 2011, núm. 55, p. 6875-6883. Disponible en: http://pescayrios.juntaextremadura.es/pescayrios/c/document_library/get_file?uuid=84699f4c-aac3-4908-b39b-f22a8969aa80&groupId=10136


Fallola, C.; Moreno, P.; Pérez, J. J.; Pula, H. J.; Ramírez, J. C.; Roldán, F. y Velasco, R. 2010. Salmo trutta (Linnaeus, 1758). Pp. 115-116. En: Palacios, M. J.; Pérez, J.; Sánchez, A. y Muñoz, P. (coords.). 2010. Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura. Fauna I. Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente. Junta de Extremadura. 342 pp. Disponible en: http://extremambiente.gobex.es/files/biblioteca_digital/CREA_2011_definitivo.pdf.

Freyhof, J. 2011. Salmo trutta. In: IUCN 2013. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2013.1. Disponible en: http://www.iucnredlist.org/details/classify/19861/0. Consultada julio del 2013.

Froese, R. y Pauly, D. (Editores). 2011. Salmo trutta fario. Linnaeus, 1758. Brown trout. FishBase. World Wide Web electronic publication. Disponible en: http://www.fishbase.org/summary/Salmo-trutta+fario.html. Consultada julio del 2013.

Kottelat, M. y Freyhof, J. 2011. Salmo trutta. En: IUCN 2012. IUCN Red List of Threatened Species. Version 2012.2. Disponible en: http://maps.iucnredlist.org/map.html?id=19861. Consultada julio del 2013.

García de Jalón, D.; Prieto, G. y Hervella, F. 1989. Peces Ibéricos de agua dulce. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 110 pp.

Pérez-Bote, J. L.; Roso, R.; Romero, A. J.; Méndez, E. y Martín, A. B. 2005. Los Peces de Extremadura. Universitas Editorial. Badajoz. 145 pp.

lunes, 21 de octubre de 2013

Sanidad vegetal

Picudo rojo en Extremadura.

La Dirección General de Agricultura y Ganadería ha publicado la Resolución de 19 de septiembre de 2013, por la que se declara la existencia de tres focos de picudo rojo de las palmeras, Rhynchophorus ferrugineus, en el término municipal de Madrigal de la Vera, se establecen zonas demarcadas y se adoptan diversas medidas fitosanitarias para la erradicación y control del organismo nocivo.

 


Las prospecciones realizadas por técnicos de ese Servicio de Sanidad Vegetal de la Junta de Extremadura  durante el pasado mes de agosto, tras la alerta de un propietario de palmeras ornamentales, confirman la presencia del citado organismo picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) en el término municipal de Madrigal de la Vera. Posteriormente, en el mes de septiembre se detecta un nuevo foco en el mismo término municipal.

En la tabla 1 se encuentran las coordenadas de los primeros focos de picudo rojo en Extremadura.

Tabla 1. Coordenadas de los focos de picudo rojo localizados en Extremadura. 

Coordenadas
X (m)
Y (m)
ED50 HUSO30
299.153
4.447.034
ED50 HUSO30
298.388
4.446.921
ED50 HUSO30
298.736
4.444.216
           Fuente: Elaboración propia según Resolución, 2013.

Se declara oficialmente en el término municipal de Madrigal de la Vera de tres focos del picudo rojo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus), establece zonas demarcadas y adoptan medidas fitosanitarias para la erradicación y control del citado organismo nocivo.

Zonas demarcadas.

Con una vigencia mínima de tres años, sendas zonas demarcadas alrededor de los focos (tabla 1), en las que se realizarán una serie inspecciones. Cada zona demarcada constará de las siguientes partes:

Zona infestada, constituida por un área de vigilancia intensiva delimitada por un círculo de un kilómetro de radio alrededor del foco. En esta zona se inspeccionarán y censarán todas las plantas con síntomas y, en su caso, todas las plantas sensibles que pertenezcan al mismo lote en el momento de la plantación.

Zona tampón, constituida por un área de especial vigilancia que engloba un total de diez kilómetros desde el límite de la zona infestada, donde se realizarán las respectivas prospecciones para la localización de posibles plantas afectadas.

Se prohíben las nuevas plantaciones de especies sensibles en las zonas demarcadas. Tampoco se podrá realizar traslados de plantas sensibles, procedentes de zonas demarcadas, sin no van acompañadas de un pasaporte fitosanitario elaborado y expedido con arreglo a la Directiva 92/105/CEE de la Comisión y con sujeción a lo preceptuado en el Anexo I de la Decisión 2007/365/CE. En cualquier caso, las plantas transplantadas serán sometidas a un tratamiento previo a su trasplante y al plan previsto de tratamientos fitosanitarios periódicos, y su traslado será comunicado con carácter previo a la Dirección General de Agricultura y Ganadería.

Se entiende por plantas sensibles (todas las incluidas en el artículo 1.b de la Decisión 2007/365/CE, en la redacción dada por la Decisión 2010/467/UE), las plantas, excepto los frutos y las semillas, cuyo tallo tenga en la base un diámetro superior a cinco centímetros, de Areca catechu, Arecastrum romanzoffianum (Cham.) Becc., Arenga pinnata, Borassus flabellifer, Brahea armata, Butia capitata, Calamus merillii, Caryota maxima, C. cumingii, Chamaerops humilis, Cocos nucifera, Corypha gebanga, C. elata, Elaeis guineensis, Howea forsteriana, Jubea chilensis, Livistona australis, L. decipiens, Metroxylon sagu, Oreodoxa regia, Phoenix canariensis, P. dactylifera, P. theophrasti, P. sylvestris, Sabal umbraculifera, Trachycarpus fortunei y el género Washingtonia.

En los Anexos I, II y III se recogen las principales medidas fitosanitarias contra el picudo rojo.

A n e x o I. Tratamientos fitosanitarios de aplicación en zonas demarcadas. 
A n e x o II. Eliminación de plantas sensibles afectadas por el picudo rojo. 
A n e x o III. Labores de poda en zonas demarcadas.






Fuente: Fuente: http://doe.juntaex.es/
http://aym.juntaex.es/home.