Trucha común Salmo trutta Linnaeus, 1758.
Figura 1. Trucha común.
Fuente: Alonso et al.,
2010.
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TAXONOMÍA.
Clase: Actinopterygii.
Orden: Salmoniformes.
Familia: Salmonidae.
Autóctona.
Descripción.
Es un pez de cuerpo
alargado y talla mediana, no suele superar los 90 cm de longitud total y 18 kg de peso, aunque en la
Península Ibérica rara vez supera los 50 cm de longitud y los 2 kg de peso. En Extremadura,
las tallas suelen oscilar entre los 20-30 cm y el medio kilo de peso. Con unas proporciones
corporales en las que la longitud total es aproximadamente 4 ó 5 veces la
longitud de la cabeza. Manifiesta una extraordinaria plasticidad fenotípica, hasta
el punto que, en ocasiones, se puede saber del río del que procede. La
coloración es variable, de tonos oscuros, más o menos plateados, con manchas
negras y rojas, areoladas, es decir, bordeadas de color claro, que no están
presentes en la aleta caudal y que se extienden por el opérculo. La cola puede
presentar manchas oscuras, pero suelen ser poco conspicuas y nunca están
alienadas en series. Algunas variedades presentan pocas o ninguna pinta roja y
otras tienen los bordes de las aletas inferiores de color blanco, ribeteadas
interiormente de negro. Con frecuencia presenta manchas negras más grandes en
el opérculo. Los alevines de hasta 10 cm muestran una serie de grandes manchas
grisáceas y oscuras ovaladas, con el eje mayor vertical que se prolongan en la
región dorsal. Estas manchas desaparecen con la edad, aunque en muchas
poblaciones ibéricas permanecen en edad adulta. Su morfología varía mucho según
el hábitat (Pakkasmaa y Piironen, 2001 citado en Alonso et al., 2010), la cabeza es grande, con el maxilar sobrepasando el
borde posterior del ojo y el interior de la boca está tapizado por pequeños
dientes que se insertan en los huesos maxilares, premaxilares, dentarios,
palatinos y vómer. Posee entre dos y cinco branquiespinas cortas y pequeñas en
el primer arco branquial. La aleta caudal es casi recta o presenta una pequeña
escotadura, sobre todo en los individuos de más edad. La aleta dorsal, con
nueve a once radios ramificados, y nace ligeramente más cerca de la cabeza que
del origen de la caudal. La aleta adiposa, es pequeña y nace más cerca del
origen de la caudal que del borde posterior de la dorsal. Las escamas son muy
pequeñas y su número es de 110-125 en la línea lateral. Son tetraploides con un
numero 2n = 80 (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez-Bote et
al., 2005; Alonso et al., 2010).
Figura
2. Ejemplar de trucha (Salmo trutta) de la Garganta de Minchones en
Villanueva de la Vera
(Cáceres).
Fuente: Elaboración propia.
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Hábitat y ecología.
Las
truchas ocupan aguas frías, rápidas y bien oxigenadas siendo por lo demás una
especie de gran plasticidad ecológica que puede encontrarse en lagos, embalses,
ríos de llanura y en ríos de montaña, siendo en estos últimos dominante e
incluso la especie piscícola exclusiva. No tolera la contaminación, por lo que
es una especie indicadora de la calidad del ecosistema fluvial. En nuestro país
está generalmente restringida a los tramos superiores de los ríos, debido a las
altas temperaturas de las aguas de los tramos más bajos. Son bastante
territoriales, en especial los adultos no toleran la presencia de otros
individuos en sus proximidades. Muestra preferencia por sustratos de cantos y
bolos, aunque también utilizan fondos de grava, arena y limo. Se alimentan
exclusivamente de invertebrados (tricópteros, dípteros, plecópteros,
efemerópteros, etc) (fotografía 2) tanto de fondo como entre dos aguas o en
superficie. Los adultos pueden consumir también peces y anfibios. En general,
las truchas al crecer se van desplazando a tramos más profundos, llegando a penetrar
en lagos y embalses, donde alcanzan grandes tamaños. Pueden llegar a vivir más
de diez años, aunque lo normal es que no superen los seis o siete años (García
de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez-Bote et al., 2005;
Alonso et al., 2010).
Figura 3. Macroinvertebrados acuáticos
(efemeróptero, odonato, tricóptero y plecóptero) que sirven de alimento a la
trucha.
Fuente: Elaboración propia.
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Es la única especie presente en las gargantas de mayor altitud de Extremadura; y a medida que descendemos, la podemos encontrar cohabitando con cachos (Squalius pyrenaicus), y aguas más abajo con bogas (Pseudochondrostoma polylepis) y barbos comunes (Luciobarbus bocagei) (Fallola et al., 2010).
Reproducción.
Estos
animales alcanzan la madurez sexual a los dos o tres años de edad. Presentan un
período de freza entre los meses de noviembre y enero cuando la temperatura del
agua oscila entre los 5-10º C.; los adultos buscan los lugares donde efectuar
la freza, a veces con migraciones reproductoras (migradores potamódromos) a finales
de otoño o principios de invierno, hacia los tramos altos de los ríos; en otros
casos efectúan pequeños movimientos de pocos metros, o bien penetran en
pequeños afluentes del cauce principal. Las hembras excavan sus nidos en el del
lecho del río, sobre fondos de grava y cantos en zonas someras y con corriente,
depositando en ellos los huevos. Ponen de 1.000 a 4.000 huevos de
color ámbar, con un diámetro de 4-5
mm, por cada kilo de peso de la hembra. Al cabo de unos
minutos después de frezar, la hembra cubre los huevos fertilizados con cantos y
gravas. Las hembras ponen sólo una parte de sus huevos en cada vez. La segunda
parte de los huevos puede ser puesta en un nuevo nido justo delante del
primero, o puede ser frezado en un lugar adecuado en otra parte del río. Tras uno
o varios meses de incubación (410 grados-día), nacen los alevines, que apenas
salidos entre la grava comienzan a comer con avidez, presentando crecimientos
grandes, desplazándose hacia aguas más profundas a medida que crecen. Algunas
poblaciones atlánticas como es el caso del reo, a los dos años de edad realizan
migraciones al mar aunque no se aleja de las costas, regresando al río para
completar el ciclo reproductor. El paso de las aguas dulces a las marinas y
viceversa, a diferencia de salmón, no le supone grandes traumas y al volver al
río sigue alimentándose, siendo pocos los reos que perecen después de la freza
(García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Pérez- Bote et al.,
2005; Alonso et al., 2010).
Se
ha detectado una tasa media de hibridación natural con salmón en ríos cantábricos
del 2-3% (García de Leaniz y Verspoor, 1989 citado en Alonso et al., 2010).
Distribución.
El
área natural de la trucha común abarca la mayor parte de Europa, Asia Menor y
Norte de África, de amplia distribución paleártica, está presente en casi todos
los países de la UE. Ha
sido introducida ampliamente por todo el mundo, en
más de 27 países, como en América del Norte
(Canadá y Estado Unidos) y del Sur (Panamá. Argentina, Chile, Bolivia y
Perú) África oriental y meridional (Kenia, Tanzania, Etiopía, Zimbawe,
Sudáfrica), Europa (Croacia y Chipre), Islas Maldivas, Madagascar, Irán, Pakistán,
India, Nepal, Bután, Japón, Nueva Zelanda y Australia. Varios han informado del impacto ecológico adverso después de la
introducción (García de Jalón et al.,
1989; Doadrio, 2001; Froese et al., 2011).
Figura 4. Mapa distribución
natural de la trucha.
Fuente:
Kottelat et al, 2011.
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Aparece
en las cabeceras de casi todos los ríos de la Península Ibérica, por todo el
norte peninsular, en los sistemas Ibéricos y Central y en dos núcleos aislados:
en Sierra Nevada y en la Sierra
de Cazorla, faltando en algunos ríos del Levante, en el sur de España y en la
cuenca del Guadiana (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001). Las poblaciones extremeñas se localizan en la vertiente
sur de la Sierra
de Gredos y en la comarca de las Villuercas (Pérez-Bote et al.,
2005).
Figura 5. Distribución de
la trucha en España.
Fuente:
Elaboración propia según Doadrio, 2001.
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Población.
Las
poblaciones del norte de África se encuentran muy fragmentadas y con escasos
efectivos. Las poblaciones autóctonas de la Unión Europea y península
Ibérica han sufrido un descenso acusado en los últimos años en toda su área de
distribución (Blanco et al., 2007).
Muchas de las poblaciones de trucha extremeñas están sufriendo descensos poblacionales, llegando incluso a desaparecer en algunas zonas, sin poder recolonizarse de manera natural por las barreras existentes (Fallola et al., 2010).
Muchas de las poblaciones de trucha extremeñas están sufriendo descensos poblacionales, llegando incluso a desaparecer en algunas zonas, sin poder recolonizarse de manera natural por las barreras existentes (Fallola et al., 2010).
Figura 6. Distribución de
la trucha en la provincia de Cáceres.
Fuente:
Elaboración propia según Doadrio, 2001.
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La lista de poblaciones desaparecidas
recientemente en Extremadura por comarcas. Gata: Garganta Trevejana y Río de la
Vega. En situación crítica el resto de
gargantas (Acebo, Gata, San Blas y Las Pilas). Hurdes: en el río Ladrillar se
encuentra extinta aguas arribas de la localidad de Las Mestas. Valle del
Ambroz: río de Baños, Garganta Grande, Ancha, Cambara y Garganta Madrilaga.
Valle del Jerte: Cabecera del propio río Jerte aguas arriba de la población de
Tornavacas, Arroyo de San Pedro y Garganta Bonal, Marta, Jubajerra y otras
menores. La Vera:
Garganta de San Gabriel, Ríos Moros, Garganta Naval, Platero y otras menores.
Villuercas: Cabeceras del Ibor y del
Almonte, río Gualija, Garganta Castaño, Berzocana, Santa Lucía y Del
Mesto. Garganta Descuernacabras (Fallola et
al., 2010).
Todas
poblaciones de España y sur de Francia están bien diferenciadas genéticamente
del resto de poblaciones. Desde el mismo punto de vista en España existen tres
grandes grupos bien diferenciados, uno compuesto por todos los ríos
mediterráneos hasta la cuenca del Segura, un segundo grupo formado por los ríos
del sur de España en las Sierras de Cazorla y Segura y Sierra Nevada, y un
tercero que agrupa todos los ríos atlánticos excepto los del Guadalquivir.
Dentro de las poblaciones atlánticas, la cuenca del Duero presenta algunos
marcadores genéticos únicos (Doadrio, 2001).
Es
una especie muy polimórfica que cuenta con un buen número de subespecies, de
las cuales muchas son simples razas o poblaciones con etología diferenciada. En
nuestro país podemos señalar dos subespecies o dos poblaciones según su
comportamiento, una migradora (anádroma), el reo o trucha
marisca (Salmo trutta trutta) la trucha de río (sedentaria) (Salmo
trutta fario) (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001). A finales del siglo XX la situación entre los taxónomos era
de acuerdo general en que se trataba de una única especie politípica (Elliott,
1994 citado en Alonso et al., 2010)
con un continuo de estrategias de vida (Milner, 2003; Cucherousset, 2005 citado
en Alonso et al., 2010).
El reo emigra al mar, donde permanecen desde varios meses a varios años antes de volver a los ríos para reproducirse. Éste se distribuye por los ríos de Galicia y la cordillera Cantábrica. La trucha sedentaria vive en los demás ríos españoles. Aunque truchas sedentarias y reos presentan muchas diferencias morfológicas, ecológicas y demográficas, pueden encontrarse en simpatría y pueden reproducirse entre sí (Caballero et al., 2006 citado en Alonso et al., 2010). El reo se diferencia de la trucha al tener la cabeza relativamente más pequeña y al llegar al mar adquiere un color plateado con pocas pintas negras acumuladas en ciertas regiones, careciendo por lo general de pintas rojas (García de Jalón et al., 1989; Doadrio, 2001; Alonso et al., 2010).
Factores de amenaza.
La
especie está amenazada por introgresión genética procedente de los ejemplares
de repoblación. En general esta introgresión se calcula entre un 5 y un 10%, siendo
aparentemente mayor en los ríos del centro peninsular. La pesca deportiva en muchas
regiones es un factor de amenaza. La presión que en este sentido puedan hacer los
furtivos sobre poblaciones trucheras puede llegar a poner en peligro la
supervivencia de la especie. En algunos ríos la introducción del lucio (Esox
lucius) es un factor de amenaza al depredar sobre la trucha. Sobre el
hábitat destaca alteración de los cauces fluviales por infraestructuras hidráulicas;
contaminación de los cauces por el aumento de vertidos de origen industrial,
urbano y agrícola, la extracción de áridos, canteras y el lavado de mineral, suponen
serios impactos sobre los frezaderos y las zonas de refugio. Por todo lo señalado
anteriormente podemos estimar que las poblaciones autóctonas de truchas han disminuido
en España más de un 20 % (Doadrio, 2001; Pérez-Bote, 2005).
Figura 7. Barrera hidráulica en la Garganta de Minchones (Villanueva de la Vera, Cáceres).
Fuente: Elaboración propia.
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En algunos estudios se ha mostrado que el impacto de las estaciones hidroeléctricas pequeñas puede provocar una disminución de la densidad y biomasa de las poblaciones, una modificación de la estructura de edades de las poblaciones y la pérdida de hábitat adecuado (Almodóvar y Nicola, 1999 citado en Doadrio et al., 2011). La calidad del hábitat es uno de los factores más importantes para mantener unas poblaciones de salmónidos adecuadas, especialmente la temperatura y el flujo del agua (Johnson y Douglas, 2009 citado en Doadrio et al., 2011).
Las
principales amenazas para las truchas extremeñas son las barreras existentes en
los ríos, las extracciones de agua de las gargantas, los vertidos a los cauces,
la sobrepesca, así como la contaminación genética de sus poblaciones. La trucha
común vive en Extremadura en las cabeceras de los ríos, zonas a las que no
llegan las especies de peces introducidas, principal amenaza de los peces
autóctonos. Aun en estas condiciones privilegiadas, su grado de amenaza y el
ritmo actual de desaparición de las poblaciones es alarmante (Fallola et al.,
2010).
Las poblaciones trucheras se encuentran muy fraccionadas, quedando aisladas pequeñas poblaciones muy cercanas entre sí. En las zonas trucheras de Extremadura hay pocos embalses, pero cualquier desnivel que no pueda salvar con un salto constituye una barrera para la especie: vados de tubos, losas bajo puentes, muchas de las piscinas naturales, azudes, etc. La otra gran amenaza para la trucha es la extracción de agua de las gargantas, lo que sucede con mayor intensidad en el Valle del Jerte y de manera creciente en La Vera, Valle del Ambroz y resto. Tradicionalmente los cultivos leñosos (cerezo, y en menor grado la vid y olivo) no se regaban. El riego por goteo o riego localizado es una práctica agraria tecnificada, de bajo coste, que se está desarrollando a un ritmo acuciante, sin que haya sido objeto de planificación y que exprime los caudales de las gargantas cuando menos agua llevan, en verano. Es un problema que afecta gravemente a los tramos de garganta mejor conservados y con mayores naturales (Fallola et al., 2010).
Medidas de conservación.
Proteger estrictamente y no realizar repoblaciones con individuos foráneos en aquellos ríos con poblaciones de trucha sin introgresión genética como las cabeceras de los ríos Bornova, Jerte, Tiétar, Alberche, Arandilla en la cuenca del Tajo; Sella, Nalón, Esva y Navia en la cordillera cantábrica, Pisuerga, Mazo, alto Duero en la cuenca del Duero, Endrinales en la cuenca del Segura, Ter, Nuria y Massanes en las cuencas catalanas, Noguera del Tor en la cuenca del Ebro y Tea y Bubal en la cuenca del Miño. Se debe favorecer la pesca sin muerte en la mayoría de los ríos españoles. Depurar correctamente los vertidos en los ríos y minimizar los efectos de las obras hidráulicas son dos de las acciones más importantes que se deben llevar a cabo para la conservación de la especie (Doadrio, 2001).
La construcción de escalas en diversas localizaciones trucheras para facilitar el remonte hacia las áreas de freza, el inventario de barreras de ríos para una posterior actuación en los obstáculos encontrados y la vigilancia de las obras en zonas trucheras para evitar la construcción de nuevas barreras, son la principal línea de actuación llevada a cabo desde la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Extremadura (Fallola et al., 2010).
Se debe favorecer la pesca sin muerte en la mayoría de los ríos españoles
(Doadrio et al., 2011). El
fomento de la pesca sin muerte y la disminución de cupos de captura de trucha
permitidos por pescador y día en la región tratan de acompasar la presión de
pesca a las disminuciones poblacionales actuales. Se han realizado estudios de
las poblaciones extremeñas de trucha común con el fin de caracterizarlas
genéticamente. Desde la
Piscifactoría de Jerte se realiza la reproducción de esta
especie para reforzar las poblaciones naturales mediante repoblaciones en las
que tienen en cuenta el origen genético de los individuos (Fallola et al.,
2010).
Tabla 1. Figuras de conservación trucha común.
IUCN:
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Preocupación menor (LC)
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Libro
rojo:
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Vulnerable (VU)
|
España
|
No incluida
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Autonómica
|
No catalogada
|
Fuente:
Elaboración propia según Granado et al., 2001; Fallola
et al., 2010 y Freyhof.,
2011.
La especie debe ser considerada Vulnerable (VU) de acuerdo a las categorías de la UICN. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas debería figurar como Vulnerable (V) (Doadrio et al., 2011).
Tabla 2. Limitaciones de capturas por
pescador y día.
Especie objeto de
pesca
(En los vedados, cotos y tramos sin muerte pueden diferir por su régimen especial). |
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Especie
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Cupo por día
|
Talla
|
Trucha (Salmo trutta)
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3*
|
19 cm
|
* Las truchas
serán devueltas en las aguas libres para la pesca en la cuenca del Tajo.
|
Fuente:
Elaboración propia según Orden General de Vedas de Pesca, 2011.
Tabla 3. Normativa de la trucha común como especie de
pesca.
Autonómica
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Ley 11/2010, de Pesca y Acuicultura de Extremadura: especie
objeto de pesca, de Interés Regional.
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Las truchas comunes que sean capturadas en aguas libres serán
inmediatamente devueltas a sus aguas de procedencia, a excepción de lo
previsto en Orden General de Vedas de Pesca para los Cotos, y para los
Vedados de Pesca con temporada cuyo cupo diario será de tres truchas.
|
|
Las tallas y capturas en los Cotos de Pesca se regulan a través de sus
respectivos Planes Técnicos de Gestión. Para los Vedados y Tramos de Pesca sin
muerte (Anexos II y III Orden de Vedas), así como para el resto de aguas
sometidas a régimen especial, se estará a lo dispuesto en su normativa
específica.
|
|
La licencia de pesca sin muerte obliga a su titular a la suelta
inmediata en las aguas de origen de todos los peces de las categorías de
interés regional y natural capturados.
|
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En las aguas trucheras no se permite el empleo de pez vivo como cebo,
el cebado previo de las aguas ni el uso de sondas u otros aparatos para la
detección de peces.
|
|
En los tramos de pesca
sin muerte sólo se podrá utilizar cebo artificial con anzuelo sencillo sin
muerte o arponcillo, a excepción de los que se encuentren en aguas embalsadas
artificialmente.
|
|
En los Cotos de Pesca las
artes y cebos permitidos vendrán fijados en sus respectivos Planes Técnicos,
pudiendo diferir de los establecidos con carácter general.
|
|
Cada pescador podrá utilizar
un máximo de tres cañas que ocupen en conjunto una distancia inferior a 10
m, excepto en aguas trucheras, donde sólo se podrá utilizar una caña. En
ambos casos, para la extracción de las piezas sólo podrán auxiliarse con
sacaderas.
|
|
A requerimiento de quien
se encuentre pescando, cualquier otro pescador deberá guardar una distancia
mínima de 10 m, salvo en la aguas trucheras que será de 20 m.
|
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En los Cotos de Pesca el
número de cañas y distancias entre pescadores pueden diferir de los citados.
|
|
En los tramos de pesca
sin muerte no se podrán portar costeras o equipamientos análogos específicos
para conservar las capturas, a excepción de aquellos tramos de pesca sin
muerte que se encuentren en aguas embalsadas artificialmente.
|
|
En los Cotos de Pesca
vendrán fijadas en sus respectivos Planes Técnicos las limitaciones por
talla, capturas por pescador y día, las artes de pesca, cebos, horarios, días
hábiles, número de pescadores, y aquellas otras que se consideren necesarias,
pudiendo diferir de las establecidas con carácter general.
|
Fuente: Elaboración
propia según Ley de Pesca y Acuicultura
de Extremadura, 2010 y Orden General de Vedas de
Pesca, 2011.
Acciones realizadas para su
conservación.
La
mayoría de las Comunidades tienen planes de manejo de las truchas, las cuales
incluyen investigación genética y de la biología y ecología de las diferentes poblaciones,
programas de repoblación con individuos autóctonos, sistemas de vedas y tramos
de pesca sin muerte (Doadrio, 2001).
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Extremadura. Orden
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